Este ha sido el último curso de nuestra compañera Mariví. Estas palabras están dedicadas para ella con motivo de su jubilación.
Llega el fin de una etapa de esfuerzo, trabajo bien hecho, anhelos y alegrías. Sabemos que tu granito de arena ha contribuido para que tus alumnos y alumnas construyan su proyecto de vida. En su corazón se acordaran de ti, que les ayudaste a caminar y a crecer como personas sensibles y lindas de corazón.
Tus compañeros y compañeras te recordaremos por tu entrega, tu amabilidad y tu buen hacer. Nos sentimos afortunados de que tu trayectoria quede plasmada en la historia de nuestro colegio y por ello esta familia cervantina estará encantada de verte de nuevo por aquí. Ya sabes que las huellas de las personas que caminan juntas nunca se borran.
En el vídeo dejamos constancia solo de algunas de las muchas fortalezas que tú tienes y de todo lo que has representado y representas para nosotras y nosotros.
Recibe también este cuento a modo de homenaje y abrazo de quienes te queremos.
LA PASIÓN DE DECIR
Marcela estuvo en las nieves del Norte. En Oslo, una noche, conoció a una mujer que canta y cuenta. Entre canción y canción, esa mujer cuenta buenas historias, y las cuenta vichando papelitos, como quien lee la suerte de soslayo.
Esa mujer de Oslo viste una falda inmensa, toda llena de bolsillos. De los bolsillos va sacando papelitos, uno por uno, y en cada papelito hay una buena historia para contar, una historia de fundación y fundamento, y en cada historia hay gente que quiere volver a vivir por arte de brujería. Y así ella va resucitando a los olvidados y a los muertos; y de las profundidades de esa falda van brotando los andares y los amares del bicho humano, que viviendo, que diciendo va.
El libro de los Abrazos de Eduardo Galeano